Estabulación

Una pregunta concreta: ¿cuántas veces se han visto ustedes obligados u obligadas a usar la palabra que da título a esta entrada?  Otra pregunta: ¿sabrían definirla de manera más o menos acertada?

 

Hace unos días, en el contexto de una conversación sobre educación, nacida al pairo de un curso que estamos haciendo, una compañera y amiga me contó que su hija (de 4º de primaria) ha tenido que estudiar(se) la palabrita de marras: "estabulación".  (Cuanto más la digo más rara me parece).  

 

Los libros de texto están repletos de vocabulario inútil, inadecuado, cuando no obsoleto; henchidos de contenidos fútiles y banales; hasta arriba de inutilidades que no sirven para ser un ciudadano/a medianamente competente, sociable y, mucho menos, feliz.  A veces me da la impresión de que, en lugar de vender educación, venden mero papel y cartón.

 

El curso al que aludía antes lo ha impartido en el CEP de Marbella el profesor Juan Vaello Orts y se titulaba: "Cómo dar clase a los que no quieren".  Ha terminado esta misma noche y ha sido un placer oír ideas razonables, prácticas, contrastadas, fáciles y rápidas, referentes a tan espinoso y crucial tema.  Una de ellas ha sido la que el autor llama "podar e injertar": quitar contenidos baladíes y meter contenidos interesantes.  Es decir, menos "estabulario" y más enseñar al alumnado a comportarse, controlarse, emocionarse, querer saber, motivarse...