En el conciertal del Ateneo, el amigo Eduardo Retamero me hizo entrega de un suvenir muy especial: una bolsita de piedras de las playas de Ítaca. El regalo tenía su aquel, porque detrás de él estaba el asunto que hoy tocamos en el blog.
Resulta que, una vez alcanzada la playa de aquella famosísima isla, mi guitarrista y compositor tuvo el detalle de acordarse de mí y de leer el poema que cierra Múltiplos de uno, "Ulises monologa en las playas de Ítaca". Tendrán que convenir conmigo que el detalle fue grandioso.
No contento con leerlo, dado que vivimos en este mundo icónico, entrelazada y virtual, se envolvió en unas toallas de ciclópeas dimensiones (permítaseme el guiño pedante), se colocó sus gafas y se hizo grabar este vídeo que aquí les dejo.
Muchas gracias a Eduardo y a Penélope, perdón, Rocío.
https://www.youtube.com/watch?v=AjOvOAZe0Qs