A ver, un poquito de árabe para periodistas. "Allahu akbar" no se traduce como "Alá es grande", sino como "Alá es más grande". "Alá es grande" sería "Allahu kabir", con i larga. (Fin de la clase de árabe gratuita).
Este comparativo viene de los tiempos de Mahoma, cuando en Arabia había dioses a espuertas o cascoporro. Precisamente lo que hizo el profeta fue unificar el asunto, poner un poquito de orden y paz entre tantos diosecillos tribales. Poco más o menos lo mismo había hecho el cristianismo con la pesca o famiglia del Olimpo, que era un cachondeo digno de Telecinco (en el mal sentido de la palabra Telecinco). Verdad es que luego el catolicismo volvió a las andadas, en un rasgo de nostalgia politeísta mediterránea, y colocó santos, beatos y vírgenes en los altares, a imagen y semejanza de Apolo, Afrodita y demás.
También en el Antiguo Testamento se decía que Yahvé era más poderoso que otros dioses vecinos, mesopotámicos sobre todo. Incluso hubo algo raro dentro del judaísmo entre el dios de Judea y el de Israel (sur y norte) El y Yahvé. Ya ven, ¿quién lo iba a pensar?
Es un poco como las tortillas de la madre de cada cual.