Antes de empezar, una advertencia: llevo años queriendo escribir este artículo, así que lo mismo me sale largo, denso y pedantesco. Disculpen las molestias (a quienes aguanten hasta el final).
Después de muchos meses dándole vueltas al asunto, por fin pusimos a andar el Proyecto Grecia en el I.E.S. Al-Baytar, una experiencia de Aprendizaje Basado en Proyectos.
Quizá la educación sea una de las partes de la cultura que cuesta más tiempo y más esfuerzo cambiar. Está basada en una larga tradición más o menos indiscutible y se arraiga en el miedo de lo malo conocido y lo malo por conocer. El amigo, columnista y escritor Lorenzo Kraus ya lo ha dicho mejor que yo: "La de cosas que no se aprenden por culpa de las que nos enseñaron". No obstante, desde el siglo XIX vienen planteándose reformas al estilo tradicional, aquel que se caracteriza por la clase magistral, el predominio de la memoria, la tiza, los deberes... y todo aquello que sigue siendo el grueso de lo que se entiende por educación, al menos en España. Los métodos que propugnaban distintos caminos (Montesori, Steiner, Harkness, Robinson...) han quedado u olvidados o relegados a ciertos centros o países. Y eso a pesar de que las leyes, desde la LOGSE, han recomendado dar un giro a la cuestión metodológica, sin mucho éxito, como vemos. No quiero entrar a detallar más causas que las generales ya apuntadas arriba. Como recordaba aquella parábola budista: de nada le sirve al soldado herido por la flecha conocer el nombre, la edad y la estatura del arquero que se la lanzó.
Pues bien, como decía, al fin hemos cerrado un proyecto interdisciplinar de cierta envergadura en 1º de ESO, animados por otros centros públicos que nos han precedido, sobre todo el I.E.S. Cartima, que dirige entusiastamente José Mª Ruiz, quien, además, ha contribuido a nuestra formación específica.
Todo no hubiera sido posible sin la colaboración de muchos departamentos didácticos y, por supuesto, de los alumnos, que han dado, como casi siempre, mucho más de lo que se les pedía: han construido relojes, han dibujado mangas, han hecho maquetas de sistemas planetarios, de barcos, de templos; paneles en inglés y francés sobre los juegos olímpicos... Y el departamento de Lengua Castellana y Literatura ha trabajado con la mitología. Entre otras cosas, los grupos han escrito pequeñas obras de teatro que luego han representado con gran aparato de túnicas, espadas y alas de cera. Nunca olvidaré un momento pseudovanguardista, movido por la desesperación por el atrezo de uno de mis alumnos, que usó, para representar la cabeza de Medusa, una fregona del Mercadona. Muy limpia, sí, pero fregona.
Espero que este primer paso no caiga en saco roto en años venideros y veamos más proyectos como este o parecidos. A fin de cuentas se trataba de poner en funcionamiento la creatividad y la cooperación, dos cosas que escasean tanto por las aulas y se necesitan tanto (cada vez más) en la vida.
Dicen que fue el gobernador del Pensilvania, inventor del pararrayos y cabeza visible de los billetes de cien dólares, Benjamin Franklin, quien dijo (o escribió) aquello de: "Dime y lo olvido, enséñame y lo recuerdo, involúcrame y lo aprendo".
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Fina (martes, 21 junio 2016 06:35)
Enhorabuena. Casi una pequeña playa, granito a granito. Espero seguir viéndolos en el futuro.
Enhorabuena a todos los chicos y chicas que han hecho esto posible. Al fin de al cabo, ellos son los verdaderos protagonistas de su aprendizaje.