En la página 216 de la nueva traducción de Martin Eden de Jack London, recién publicada por Akal, hay una nota en la que se me cita como traductor de los poemas que aparecen en el libro. Esto hay que matizarlo. La traductora traductora es Mª José Martín Pinto, compañera de faena en el instituto Al-Baytar, y el mérito es todo suyo. Vaya por delante. Y no parece que sea mera casualidad. No paran de llamarla para traducir a los grandes. Primero fue Huckleberry Finn, luego El gran Gatsby, ahora London. Cualquier cosa. Su trabajo es meritorio y de gran calidad. Me consta su preocupación por los detalles y su afán por no dar por resuelto un enigma sobre un término en desuso con cualquier chapuza perifrástica.
En su afán por pulir hasta lo mas cercano a la perfección su trabajo, me requiere esporádicamente para que versionee (más que traduzca) algunos poemillas que aparecen en las novelas. Yo me limito a darle ritmo, rima y medida a lo que no puede tenerlo por razones evidentes. Y ahí acaba mi contribución. No voy a negar que no me desagrada (y acrecienta antibudistamente mi ego) aparecer en una nota a pie de página de uno de los grandes de la literatura con mayúsculas. Gracias, Mª José, y enhorabuena una vez más.
Como dije con ocasión de la publicación de El gran Gatsby, es un orgullo trabajar con personas que, contra viento y marea, a pesar de los recortes, el desánimo generalizado, el anonimato y demás avatares que unos conocen y otros intuyen, siguen manteniendo elevado el listón de la educación pública en España.
Nota: me ha salido un final muy mitinero, será por tantas elecciones.
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María José Martín Pinto (jueves, 28 abril 2016 20:16)
Mi querido Montilla:
Yo tampoco voy a negar que sus valoraciones de mi trabajo también acrecientan mi ego. Espero que siga opinando lo mismo tras la lectura completa.
Y muchas gracias de nuevo, es un apoyo importantísimo saber que hay gente como usted que, por el simple placer de hacerlo, acude al rescate con esos versos que a mí se me resisten.
Un abrazo