Baby-Lonia

Los que esperen objetividad en esta entrada, ya pueden seguir navegando por otros blogs, porque voy a reseñar la obra de teatro que dirigen, producen y protagonizan mi hermano Monti Cruz y mi cuñada Susana Fernández.  

 

Se trata de una pequeña maravilla para bebés.  Todavía no había empezado y ya era un espectáculo en sí ver entrar a los niños y niñas con sus padres.  Se trata de un público difícil, el que más, que si se aburre, opta por gritar o interactuar con sus iguales.   Pánico y risa me estaba dando la perspectiva.

 

Pero empezó la obra y la magia fluyó.  De pronto todos se quedaron embelesados ante la interpretación y la manipulación de objetos y títeres.  De pronto era el público perfecto, dispuesto a creerse que un conejo va montado en un cohete, o lo que se tercie.  Esto no quita para que de vez en cuando alguno pidiera pipí u otros gatearan hasta entrar en el espacio escénico, dispuestos a llevarse (por delante) el atrezo. 

 

La obra en sí evita el diálogo, el monólogo y casi la palabra.  Arropados por la música de Antonio Meliveo, y solo a base de gestos y sonidos, Monti y Susana consiguen mantener la atención de los pequeños (y creo que aún más de los mayores), con una profesionalidad que no quiero encomiar más para no parecer familiarmente pesado e imparcial.

 

Al final, la idea que he sacado de todo esto es que hay teatro para rato.  Esta mañana he visto plantar las semillas del futuro público o del público del futuro.

 

Ah, están este mes y parte de diciembre en el Teatro Cánovas de Málaga.  Alquilen un niño si hace falta para ir a verla.



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Comentarios: 1
  • #1

    Fina (lunes, 09 noviembre 2015 14:26)

    Muy bien dicho y es mas, creo que te quedas corto.