Ya sé que hoy no es el día de la mujer trabajadora (o de la mujer a secas), que fue ayer, pero es que hoy es cuando trabajo con ellas.
Desde que tengo uso de razón (?) he estado viendo a mujeres trabajar. Unas veces les pagaban y otras no. Trabajó mi abuela en una tienda que montó ella misma desde la nada y que mantuvo abierta veinte o treinta años. Trabajaron mis tías y trabajó mi madre, primero en la tienda de su madre y luego como profesora de mecanografía. Y ya más recientemente tengo más y más ejemplos de mujeres que me rodean y que trabajan sin descanso, con profesionalidad y a destajo, sin importarles cruzar medio mundo para ejercer su profesión, sin importarles los domingos ni las fiestas de guardar. Y en mi trabajo, ni les cuento. La docencia ha sido feudo femenino desde hace bastante tiempo, aunque el porcentaje de profesoras es menor cuanto más "alto" es el nivel de estudios. Las comillas, como comprenderán, van por aquello de que nunca he considerado la educación primaria, como algo primario, sino primero.
Hay "días-de" para cada uno de los 365/6 que forman el año, pero este sin duda es uno de los más justificados porque, a fin de cuentas, más de la mitad de los seres humanos que poblamos este tercer planeta del sistema solar son mujeres. Además, a pesar de haber demostrado su valía, parece que hay un residuo de falócratas lobotomizados que siguen considerando a la hembra una pertenencia a la que se puede amarrar, controlar y golpear a discreción.
Compañeras, continuemos trabajando un día más.
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