La semilla de mostaza

Cuenta una antigua leyenda india que, tras la muerte de su hijo, una mujer llamada Krsa Gautami enloqueció y se paseaba por la ciudad con el niño muerto en sus brazos, pidiendo a alguien que lo curara.    Una persona le recomendó que visitara a Buda.

En su entrevista este le ofreció una solución: que fuera a buscar una semilla de mostaza a cualquier casa, con la condición de que en ella viviera una familia a la que no se le hubiera muerto nunca ningún familiar.  

La mujer recorrió la ciudad entera buscando la semilla, pero no encontró una casa por la que no hubiera pasado la muerte.   De este modo entendió la enseñanza de Buda, pudo superar la desaparición de su hijo y entender la universalidad de la muerte.  Entonces dijo Buda: "No por llorar ni lamentarse obtendrá nadie la paz de la mente.  Por el contrario, su dolor será mucho mayor y arruinará su salud.  Enfermará y palidecerá; pero con sus lamentos no se restaurará el cuerpo muerto".



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