A mil besos de profundidad

Y tras zamparme las novecientas páginas de Murakami, opté por una lectura más intensa y breve.  Lo que pasa es que con la inercia de leer tanto, pues he leído dos libros seguidos.  La antología de dos volúmenes A mil besos de profundidad, recoge poemas y canciones de Leonard Cohen desde Comparemos mitologías (1956) hasta Alerta azul (2006).  

Nada nuevo voy a decir a los fans del canadiense, premio Príncipe de Asturias, cantautor resistente, monje zen estafado, iconoclasta vestido con traje y sombrero, judío irreverente y otras mil cosas más.  Su voz potente, grave, socarrona, paradójica, surrealista a ratos, profética por momentos, crítica, íntima y desgarradora es inconfundible.  Les dejo aquí una miniantología, azarosa, discutible y microscópica, de la antología.

 

 

POEMA

 

Supe de un hombre

que dice las palabras tan maravillosamente

que con solo pronunciar sus nombres

las mujeres se le entregan.

 

Si estoy mudo junto a tu cuerpo

mientras el silencio florece como tumores en nuestros labios

es porque oigo a un hombre subir la escalera

y aclararse la voz al otro lado de la puerta.

 

 

LA CANCIONCILLA MÁS DULCE

 

Sigue tu camino

Yo también lo seguiré

 

 

PERDÓNENME

 

Perdónenme, ilustrísimos y señoras,

si no me considero

el mal.

Perdónenme si recibo al Espíritu Santo

sin decírselo a nadie.

Perdónenme

Comisarios del Occidente,

si no creen

que ya he sufrido bastante.

 

 

HUELLAS DACTILARES

 

Devuélveme mis huellas dactilares

Tengo las yemas de los dedos en carne viva

Si no recupero mis huellas 

Tendré que llamar a la policía

 

Te toqué demasiado en una ocasión

Y ahora ya no sé quién soy

Mis huellas habían desaparecido...

 

 

PREGUNTA DE LAYTON

 

Siempre que le digo

lo que tengo pensado hacer

Layton me pregunta solemnemente:

Leonard, ¿estás seguro

de hacer lo incorrecto?

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