Usted va por esas playas de Dios o por esas piscinas del diablo y solo ve gente guapa, gente gorda, gente roja, gente morena, gente peligrosamente blanca... gente en general, gente despreocupada (des-preocupada), huyendo del invierno, pero también del verano a base de chapuzones, abanicos y tintos de temporada. Es el tiempo de la literatura fácil, de la canción infraintelectual, de la risa, la liviandad y la intrascendencia.
Y es curioso, porque precisamente la filosofía y la escritura nacieron en tierras meridionales y abrasadoras, como Mesopotamia, Egipto y Grecia. Pocos lo recuerdan ya. Está instalado en el imaginario popular que en el norte la gente estudia más, piensa más porque están siempre en sus casas viendo llover o nevar tras las ventanas. Y aquí en el sur, pues no puede ser, mire usted, "porque estamos todo el santo día en la calle de cachondeo".
--Oiga, que Sócrates inventó la filosofía paseando por el ágora bajo los olivos.
--¿Sócrates? Y ese ¿quién es?
--Uno, un griego.
--Claro, pues mira qué bien les ha ido, que le deben dinero a todo el mundo, ja, ja, ja... Ponme otra cervecita.
Y así están las cosas o esto es lo que hay.
Todo esto viene a cuento, porque tras un acercamiento fugaz a las atestadaas playas de la Costa del Sol, me han dado ganas de recuperar una canción que hicimos Eduardo Retamero y un servidor de ustedes hace unos meses ("Estiofobia intelectual"), que trata, precisamente del miedo u odio (falaz y tópico) de los intelectuales al verano. Aquí está el enlace a la entrada/presentación http://montecoronado.blogspot.com.es/2013/04/estiofobia-intelectual.html y aquí al vídeo directamente, por si no tienen ganas de leer "con estas calores": https://www.youtube.com/watch?v=Uw6Lg8PQ0Kk .
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