Aquí va un pequeño relato, que he encontrado en una historia de la literatura china que me ha dado por leer esta tarde, sin duda poseído por el espíritu maligno y levantisco del viento de poniente.
"Cuando estaba a punto de morir Zhang Yong, Lao Tze le preguntó:
--Maestro, ¿no tenéis ninguna enseñanza que dejarme?
Zhang Yong abrió la boca y preguntó:
--¿Está ahí mi lengua?
--Sí --contestó Lao Tze.
--¿Y mis dientes?
--No --dijo Lao Tze.
--¿Sabes qué significa eso?
--¿No será que los fuertes caen y los débiles y flexibles se conservan? --aventuró Lao Tze.
--Así es --dijo Zhang Yong--. Eso es todo lo que tengo que decir acerca del universo".
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