El camarero es el último eslabón de la cadena productiva hostelera. El camarero y la camarera sostienen las bandejas y el universo, económico al menos de muchas zonas turísticas. Un camarero solícito hace más campaña publicitaria que mil banners en internet.
La camarería es profesión denostada por su carácter eventual, modus supervivendi de actrices, ex-paracaidistas y opositores.
Benalmádena es un pueblo singular por varias razones, alguna de las cuales ya he comentado en otra ocasión. Consciente de su carácter eminentemente hostelero, tuvo el acierto y la decencia de levantar una estatua al camarero. Como corresponde, no está sobre un pedestal o podio, sino a ras de suelo, al nivel de la gente de la calle, literalmente.
Camareros del mundo, gracias. La cuenta y aquí va esta entrada como propina.
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