La verdad es que, como resultado de un par de libros que ando leyendo, tenía pensado escribir hoy sobre la felicidad. Incluso tenía preparada una cita de Marco Aurelio, que es un autor muy profundo, interesante y socorrido: "Si te sientes dolido por las cosas externas, no son éstas las que te molestan, sino tu propio juicio acerca de ellas. Y está en tu poder el cambiar este juicio ahora mismo".
Pero van las "cosas" y, como siempre, suceden y te golpean inmisericordemente, poniendo a prueba tu capacidad de reacción, tus lecturas, tu aplomo y tu estoicismo más o menos cutre.
Esta mañana toca hacer cinco minutos de silencio por la muerte de una compañera de un centro educativo cercano, a la que ha asesinado cruel y supuestamente su exmarido. Imagino el trauma que van a sufrir sus alumnos de menos de doce años. Será una huella para siempre en su psicobiografía.
Frente a este lacra de la violencia familiar (lo de género ya lo comenté en su momento) solo cabe más repulsa, más educación y más aplomo marcoaureliano. En caso contrario incurriremos en el conformismo, la barbarie y la rabia.
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ふぃな (viernes, 07 marzo 2014 08:16)
La educación y el respeto son las claves. Si. Sigamos ligando por ellos