Al hilo de un libro que ando leyendo sobre el cerebro, oigo no sé dónde a alguien decir: "Tu cara me suena". Magnífico ejemplo de sinestesia, queridos alumnos y alumnas. Decimos oír lo que en realidad estamos viendo.
Hay quienes ven colores al oír música o sienten sabores al leer palabras. La sinestesia más difundida parece ser la que consiste en ver los números siempre de un determinado color. Con los romanos, curiosamente, no pasa. Sinestésicos famosos fueron Nabokov, Rimbaud, Liszt, Kandinsky o Duke Ellington.
Ramachandran, autor del libro del que les hablaré cuando lo termine, dice que la sinestesia (que afecta a un 4% de la población) quizá puede darnos pistas sobre la verdadera naturaleza de eso que llamamos yo o conciencia. Sea como sea, algo se mueve en nuestras neuronas y sinapsis cuando leemos u oímos: "verde chillón", "suave luz", "oscura melodía" o "recuerdos agriculdes".
Les dejo, que me voy a contemplar un dulce atardecer.
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