Estaba deseando que empezara a refrescar para ponerme una chaqueta fina que me compré en Osaka. No es nada especial de color ni de diseño pero tiene un adminículo muy interesante, que descubrí, en honor a la verdad, después de haberla comprado. Se trata de un cordón de unos veinte centímetros, que sale de la parte interior del cuello y que lleva en el extremo una presilla para... ¡agarrar el sombrero! Así no hay tifón ni tarde tarifeña que te lo arrebate.
No es el mayor invento del mundo, ni el último gadget de Sony, pero a mí me sirve.
La vida, como las empanadas, está rellena de pequeños placeres o tropezones.
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Isabel (domingo, 29 septiembre 2013 17:18)
Muy práctico si señor además te sentará muy bien .
Lo hay para señoras????
Fina (lunes, 30 septiembre 2013 04:25)
Seguro que sí!!! Lo miro