Tranquilas y tranquilos, que esta vez no les voy a contar mis andanzas por Kioto, Osaka, Tokio, Hiroshima o Matsushima. Les voy a hablar de un libro muy entrentenido e instructivo que se titula justo como el título de esta entrada. Su autor es quizás el japonólogo más famoso del mundo, después de Lafcadio Hearn. Donald Keene es un longevo (nació en 1922) conocedor de la literatura japonesa, que comenzó estudiando chino y acabó siendo traductor de los prisioneros japoneses durante la Segunda Guerra Mundial. Un hombre que ha recorrido el mundo entero, pero que ama sobre todo Japón. Fue amigo de Mishima y se ha codeado durante lustros con lo más granado de la cultura japonesa: Oé, Tanizaki, Kawabata, etc (en la lista van dos premios Nobel). Un occidental en Japón es una autobiografía amena, muy bien contada, a la manera anglosajona, y repleta de jugosa información y reflexiones sobre la historia y la cultura japonesa.
De entre las muchas anécdotas destaco esta. En cierta ocasión recibió la visita en Nueva York de unos escritores japoneses, los cuales iban acompañados de una jovencita que hablaba perfectametne la lengua de Shakespeare y la de Basho. Keene se enfadó, porque la comitiva había supuesto que su nivel de japonés no era muy alto. De modo que ninguneó a la señorita y apenas le dirigió la palabra mientras hablaba su fluido y orgulloso japonés. Años más tarde supo el nombre de la frustrada traductora: Yoko Ono.
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